sábado, 29 de septiembre de 2012

Planning de Re-activación Creativa.

Acaba septiembre, y con él despedimos el verano. Ha sido divertido, cierto, y seré yo que soy un poco rara, pero tenía una cierta necesidad de que llegase el otoño.

El verano, como ya os conté, es un no parar, y más si tienes niños pequeños que necesitan descargar energía continuamente. Las posibilidades son infinitas, el calorcito y las largas horas de luz invitan a disfrutar del aire libre y de la compañía de amigos y familia... pero si además sigues teniendo que ir a trabajar, las horas que le puedo dedicar en casa a desarrollar mi pequeño emprendimiento son escasas, por no decir nulas.  

Finalmente llegó septiembre y entramos en el vertiginoso torbellino de la vuelta al cole, las adaptaciones, la resistencia de los niños a abandonar las actividades estivales, la reorganización familiar en búsqueda del status quo que hace que el barco que es mi casa pueda seguir navegando. Durante estos días comencé a hacer una acercamiento hacia mi mesa de trabajo, cosí algunos vestidos, escribí un par de post... pero sentía que estaba algo bloqueada, las ideas no fluían,los bocetos quedaban abandonados en la mesa el minuto debido a una imperiosa necesidad de limpiar los cristales (si me ocurre esto ya es un síntoma claro de que no estoy nada centrada) y cuando pensaba en el blog, en cómo darme a conocer y en toda esta aventura de comenzar a trabajar para mi misma me daba la impresión de haber hecho ya todo lo que sabía... necesitaba un PLAN. 

No sé a vosotros, pero cuando yo me siento bloqueada me nace una necesidad imperiosa de aprender cosas. Pienso en todo aquello que no sé y me gustaría saber,y aquello que sé pero me gustaría perfeccionar.Hice listas y listas (pertenezco al club de las adictas a las listas) y después de meditarlo medio segundo me apunté al curso de Jackie Rueda Superstar que comienza en noviembre para mejorar las fotos de mi blog y...porque me encanta Jackie, ya sabéis que soy una gran admiradora suya y de su trabajo; leer su blog y mirar sus fotografías me inspiran y me motivan. 

Sólo la perspectiva de hacer este curso on line despertó mi ilusión y unas fuerzas renovadas de continuar este camino que comencé en marzo con este blog...y de ellas surgió mi

PLANNIG de RE-ACTIVACIÓN CREATIVA

En él me he organizado objetivos para los meses que quedan hasta fin de año para darme un empujoncito a mi misma.

Septiembre lo dejaba para terminar de reorganizar mi cabeza, mi familia y buscar nuevas cosas que me inspirasen y alimentasen mi creatividad, y he encontrado algunas muy interesantes que me gustaría compartir con vosotros. En el próximo post os cuento más.

En octubre toca producir; no sólo muñecas e ilustraciones, sino que pretendo llevar al papel nuevas ideas que me rondan la cabeza.

Noviembre será el mes Superstar... no veo el momento!

En diciembre, como colofón, me gustaría hacer alguna pequeña feria o algo parecido...aún no tengo nada pensado pero creo que algo me surgirá...

Tenía tantas ganas de compartir esto con vosotros que miren que post más largo me salió! Estoy feliz de que de nuevo me salgan las palabras con soltura, esto es buena señal. El bloqueo se va disolviendo..

¿Y vosotros? ¿Cómo habéis terminado el verano? ¿Tenéis planes para este Otoño que comienza? Podéis  contármelo más abajo! Yo os animo a que penséis en vuestros sueños y os marquéis objetivos para conseguirlo!Todo es posible! Espero vuestros comentarios.

un abrazo

miércoles, 19 de septiembre de 2012

En el vergel del Bubu...


Que mi padre me llame un sábado a la mañana para pedirme un consejo me llena de felicidad, pero que además el consejo sea sobre jardinería ecológica ....

Mi padre, ahora más conocido en el círculo familiar como el Bubu, es un Mano Verde. Su terraza es de esos lugares donde hermosas plantas de todo tipo se dejan querer y crecen exuberantes, desplegando su belleza en infinitos tonos de verde y exhibiendo sus coloridas flores para el deleite de toda la familia.

Cada año, con la llegada de la primavera, mi padre se afanaba en ayudar a sus plantas a reconquistar el esplendor perdido con los rigores del invierno (no excesivamente crudo por estos lares, pero invierno al fin y al cabo). Era un fin de semana que mi padre dedicaba íntegro a esta tarea, y ayudándole aprendí a limpiar, remover, abonar la tierra, replantar y podar las plantitas. Cuando el domingo terminaba su magna obra, cansado y con los riñones resentidos, y la familia nos sentabamos en la terraza a disfrutar de los merecidos resultados del esfuerzo de mi padre, todos y cada uno de nosotros sentíamos que definitivamente la primavera había entrado en nuestra casa. 

 


Ahora este hermoso jardín sirve de fastuoso decorado a mis muñecos. ¿ No es hermoso?



jueves, 6 de septiembre de 2012

Ni contigo ni sin ti......



Saben? Este verano he pasado toda una semana sin mis pequeños. Por motivos de organización y logística vacacional (sobre todo el exceso de ellas por parte de los chicos, y la carencia,por la mía),volaron al sur con sus abuelos para disfrutar unos días en familia.

Antes de que naciese Samuel hubo un verano que Olivia se fue con los abuelos unas semanas, pero, pero por más que lo intenté, no conseguí un recuerdo nítido de aquellos días... y ahora sé por qué...

Este tipo de separaciones es una experiencia de lo más perturbadora, y por ello he querido dejarla aquí reflejada, por si el año que viene ya no lo recuerdo.

Desde que nacen los hijos son un infinito regalo que nos proporciona toda clase de alegrías, de tiernos sentimientos, de nuevas experiencias y descubrimientos; sentimos un amor incondicional y puro hacia nuestros pequeños vástagos. El contrapunto es que aparcas tu vida durante los dos primeros años de tu bebé para dedicarte en cuerpo y alma a esa criaturita que tanto te necesita, que 24 horas al día no son suficientes para llevar a cabo tu lista de obligaciones diarias, niños, trabajo, casa, dormir, necesidades personales, siempre en ese orden de prioridad, y encontrar un hueco para uno mismo se convierte en un plan de ingeniería horaria bajo convenio colectivo con tu pareja (en ambas direcciones). Yo igual no lo cambiaba por nada.

Cuando organicé el plannig del verano y me encontré con la perspectiva de una semana sola sin mis hijos, realicé una largaaaa lista de cosas que quería hacer en esas tardes solitarias SÓLO PARA MI, entre ellas salir a cenar y al cine con mi marido!! Y de pronto llega el momento y tus hijos marchan con tus padres cinco días. De tener que hacer cuatro cosas a la vez, te asombras ante el hecho de que puedes hacer una y si quieres, pues ninguna, ya que ya no es necesario que ordenes la casa, ya que nadie te la desordena, ni que esté siempre ultra-limpia, ya que nadie se reboza por el suelo ni se lleva la pelusilla a la boca. No hay que acompañar a nadie a hacer pipi, ni colorear, ni ver películas de dibujos cantarines, ni ir al parque , ni hacer galletas, ni jugar al memory, ni poner paz en batallas fraternales... no hay llantos ni gritos...pero tampoco hay risas ni "mami te quiero". Ante esta perspectiva,el primer día cuando llegué a casa después del trabajo, olvidé todas mis buenas intenciones reflejas en mi super lista de cosas SÓLO PARA MI, y tropezando con las maletas que aún se encontraban en el recibidor me arrastré hasta la cama envuelta en una soporífera nostalgia y melancolía. Antes de que mis párpados terminaran de cerrarse me pregunté por qué me sentía de aquella manera extraña como si tuviese un agujero en mi interior si mis hijos estaban pasándolo en grande con sus abuelos, mis padres, las personas que tan bien me cuidaron de pequeña y que tienen mi plena confianza... Y me desmayé. Dormí una siesta de cuatro horas, pero no creáis que me levanté mucho mejor. Apenas sin energía conseguí arrastrarme hasta el sofá y cabeceé mirando los capítulos de Juego de Tronos que mi hermano me había grabado. Me sentía confusa ante mis sentimientos encontrados; por un lado ese "echar de menos" que duele; por otro el sentir relajación y felicidad al acurrucarme en el sofá y poder ver la peli de mi elección, o leer sin distracciones o incluso mirar un ratito el techo dejando vagar la mente. Uf! me sentí tan culpable que me volví a la cama a dormir.

Los siguientes dos días fueron exactamente igual que el primero.Tres días que mi cuerpo se dedicó a recuperar parte del sueño perdido en estos últimos cinco años.Tres días que pasé en un estado entre sonámbula y catatónica. Pero al cuarto día resucité. Tenía fiesta en el trabajo pero me desperté temprano. La luz de la mañana volvía a tener ese esplendor cegador. Me sentía cargada de energía. Limpié, organicé, trabajé, me relajé, salí a andar por el bosque con una amiga, hice yoga y cuando a la noche llegó mi marido ,charlamos un rato y vimos una peli, ( al final no salimos, no, pero por elección propia; no porque no pudiésemos!!)Fue un día muy lindo y productivo en el que sentí ,como no lo sentía desde hace mucho, que el tiempo me pertenecía de nuevo.

Pero cuando fui a buscar a mis niños y me rodearon el cuello con sus bracitos mientras gritabamos y nos besuqueabamos, ya nada de eso tuvo importancia. "Te quiero mami", y yo me siento completa al fin.